En esta ocasión nuestro viaje nos llevará a visitar los pueblos del valle: Navaconcejo, Cabezuela del Valle, Jerte y Tornavacas. Además haremos dos rutas de senderismo: la de la Garganta de las Nogaledas y la subida a Los Pilones en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos.
Echa también un vistazo a este plan de fin de semana donde recorremos el Valle del Jerte por los pueblos de la sierra.
Cualquier época del año es perfecta para visitar la zona del Jerte.
Invierno. Es la temporada en la que vamos a encontrar más tranquilidad, sobre todo en los lugares más frecuentados como la zona de Los Pilones en la Garganta de los Infiernos. Los arroyos que bajan de la montaña suelen tener muy buen caudal y las gargantas se ven espectaculares con sus cascadas y saltos de agua.
Primavera. Es una de las épocas de más afluencia de visitantes, sobre todo durante las fechas en que tiene lugar la floración del cerezo y Semana Santa. Si no te gustan las aglomeraciones y quieres disfrutar con tranquilidad de la naturaleza yo recomendaría planificar la visita durante algún fin de semana que no coincida con la Semana Santa o con algún puente.
Fiesta del Cerezo en Flor del Valle del Jerte. Desde mediados de marzo hasta finales de abril, coincidiendo con las fechas orientativas de la floración del cerezo, tienen lugar diferentes actividades culturales, rutas, eventos gastronómicos... en los diferentes pueblos de la comarca. La floración dura unas 2 semanas, con un pico de unos días en los que prácticamente todos los cerezos (más de 1 millón) están cubiertos de flores. El comienzo exacto varía cada año en función del clima. Si puedes, planifica tu visita para un día entre semana durante esas fechas, ya que esos fines de semana suele haber una afluencia muy grande de visitantes.
Verano. Una época perfecta para disfrutar del microclima de la zona y darse un baño en alguna de las piscinas naturales de la comarca. Si vas a realizar actividades en la naturaleza, por ejemplo senderismo, intenta realizarlas a primera hora de la mañana para evitar las horas de más calor.
Otoño. Es también una época muy recomendable para visitar la comarca. Durante la otoñada, las hojas de los cerezos cambian de color, justo antes de desprenderse de los árboles. La combinación de verdes y ocres es preciosa, y si te gusta la fotografía tienes que intentar venir al Jerte en estas fechas, normalmente a lo largo del mes de noviembre. Hay una ruta de senderismo preciosa que recorre los Castaños Centenarios cerca de Casas del Castañar. A lo largo de los meses de otoño tienen lugar diferentes actividades culturales que forman parte de la Otoñada del Valle del Jerte.
Hay muchas opciones de alojamiento, sobre todo alojamiento rural (apartamentos y casas rurales), pero también hoteles.
Echa aquí un vistazo a nuestras recomendaciones para alojarte en el Valle del Jerte.
Otra opción interesante para alojarte puede ser la ciudad de Plasencia (a unos 15-20 minutos en coche del Valle del Jerte)
En el Valle del Jerte destaca sobre todo el entorno natural privilegiado, con la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos como principal punto de interés.
Si visitas esta zona por primera vez, la Garganta de los Infiernos sería nuestra principal recomendación, y si puedes, haciendo la ruta hasta la zona de Los Pilones para ver las marmitas de gigante.
Otros puntos de interés en el Valle del Jerte:
Vamos con la ruta propuesta por los pueblos del valle...
Esta propuesta está pensada para realizar una ruta de senderismo el sábado y otra el domingo, por eso visitamos sólo los pueblos del valle (y Tornavacas), que están junto a la nacional N-110.
Llegamos al alojamiento, dejamos las maletas y nos vamos a visitar Cabezuela del Valle.
Es una de las localidades más
destacadas del valle, su casco histórico está declarado Conjunto
Histórico-Artístico.
La localidad de Cabezuela se desarrolló desde un pequeño cerro en el que
se fundó, en tiempos medievales un núcleo conocido como La Aldea.
Posteriormente la población fue descendiendo por la ladera hasta llegar al
río Jerte, límite natural del pueblo. El trazado resulta muy pintoresco,
con calles empinadas, recovecos y callejones umbríos que evocan su diseño
medieval de judería.
La iglesia de San Miguel Arcángel se encuentra asentada sobre el solar de la que fuera sinagoga de los hebreos, donada a Cabezuela en 1494 tras la expulsión de los judíos. Posee una sola nave dividida a su vez en cuatro tramos. La torre de campanas adosada a la construcción es más antigua que el resto de la obra.
Otras construcciones religiosas son las ermitas, todas pertenecientes al período barroco (siglo XVIII). La más importante, tanto por su riqueza artística como por la devoción de las gentes de Cabezuela, es la de su patrona: La Virgen de Peñas Albas. Destaca en esta ermita el retablo, las pinturas de la bóveda y la propia imagen de la Virgen. La arquitectura exterior es bastante sobria.
En Cabezuela del Valle se encuentran el Museo de la Cereza y el Centro de Interpretación del Agua. Vale la pena la visita, así que allá vamos:
Museo de la Cereza (C/ Hondón, 58 / Teléfono: 636 731 862)
Horario de invierno:
Lunes y Martes: Cerrado
Miércoles y Jueves: 10:00 - 13:00
Viernes y Sábado: 10:00-13:00 y 17:00-19:00
Domingos: 10:00 - 14:00.
Horario de verano:
Lunes y Martes: Cerrado
Miércoles a Domingo: 10:00 - 14:00.
Centro de Interpretación del Agua (Paraje Peñas Albas, junto a la Oficina de Turismo / Teléfono: 927 472 053)
En Cabezuela hay varias piscinas naturales habilitadas en verano: La Pesquerona, El Simón, La Picaza o la de El Vao
Nos vamos de ruta de senderismo a la Garganta de los Infiernos. Aprovecharemos el día, así que desayunamos a primera hora y nos ponemos en marcha.
El Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos está situado junto a la N-110 (la carretera que recorre el Valle del Jerte), a unos 3 km. de Cabezuela del Valle en dirección a la localidad del Jerte.
A medio camino entre Cabezuela del Valle y Jerte aparece a la izquierda un desvío hacia el Puerto de Honduras, que comunica el Valle del Jerte con el Valle del Ambroz, y que nos llevaría hasta la bellísima localidad de Hervás. Si dispones de tiempo suficiente vale la pena hacer este trayecto, por las vistas espectaculares desde lo alto del puerto y para disfrutar del Barrio Judío de Hervás y de su gastronomía. Hay que tener cuidado con el coche porque es una carretera de montaña con muchas curvas y algo estrecha. En invierno puede estar cortada por la nieve y en cualquier caso hay que tener precaución con el hielo en la calzada en las zonas de sombra.
En esta ocasión dejamos atrás el desvío hacia Hervás y unos 500m más adelante encontramos una salida a la derecha para acceder a la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos. Hay zonas habilitadas para el aparcamiento, no suele haber problemas salvo días de muchísima afluencia de visitantes.
Hay varias rutas de senderismo que recorren esta Reserva Natural. La más sencilla y conocida es la subida hacia la zona de Los Pilones, donde se encuentran las marmitas de gigante, unas grandes pozas excavadas de forma natural por el agua en el lecho de granito.
La ruta se puede hacer con niños, son unos 3km hasta Los Pilones (6km en total ida y vuelta). Es una ruta sencilla y si la haces con niños simplemente hay que tomarlo con calma para evitar tropiezos o caídas.
Otro de los puntos de interés es el mirador del Chorrero de la Virgen, también señalizado como un pequeño desvío en la ruta hacia Los Pilones.
En verano, las pozas de la zona de Los Pilones se utilizan como piscina natural, así que el plan suele ser subir hasta allí con bañador, toalla, comida y bebida... para pasar allí toda la jornada. Ten en cuenta que en verano puede hacer bastante calor y se puede hacer algo más dura la ruta, sobre todo el tramo de subida (hacia Los Pilones), lleva bastante agua para mantenerte hidratado tanto a la ida como a la vuelta.
Si no quieres realizar la ruta de senderismo, hay empresas de turismo activo que realizan recorridos en vehículos para conocer la Garganta de los Infiernos.
Volvemos al Centro de Interpretación a primera hora de la tarde y cogemos el coche para ir a visitar la localidad de Jerte.
Se trata de un pueblo de gran atractivo paisajístico lleno de huertos, prados y cerezos que pueblan los bancales de las escarpadas laderas de las sierras de Tormantos y Candelario ascendiendo a ambos lados de su caserío.En sus calles se puede ver todavía la típica arquitectura con balconadas
y entramado de madera en las fachadas, por ejemplo en el Barrio de los
Bueyes, que sobrevivió al saqueo perpetrado durante la Guerra de la
Independencia por las tropas francesas del general Soult.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora
de la Asunción es el monumento más representativo. Se trata de un
edificio de mampostería con refuerzos de sillería en esquinas y
soportales. La mayor parte de su fábrica corresponde al siglo XVIII,
aunque cuenta con elementos anteriores a esa fecha.
Otro edificio destacable es la ermita consagrada al Cristo del Amparo, del siglo XVIII, realizado con aparejo de mampuesto y sillares esquineros.
En verano podemos disfrutar de la piscina natural El Nogalón, situada en el propio pueblo.
Nosotros nos tomamos algo fresquito en uno de los bares del centro y regresamos al alojamiento para descansar de una larga jornada, que mañana nos espera otra caminata.
Como plan alternativo: a última hora de la tarde es un buen momento para visitar Tornavacas, la localidad situada a la salida del Valle del Jerte en dirección a Avila, muy cerca ya del límite con Castilla y León. Al estar situada en la parte alta del valle, las vistas desde Tornavacas son espectaculares, se ve todo el Valle del Jerte y el río en su camino hacia Plasencia. Si pillas el atardecer, la hora dorada, puedes hacer unas fotos bastante chulas.
Aunque nuestro destino principal será Navaconcejo, salimos tempranito para visitar Tornavacas y hacer unas fotos.
El nombre de la población data del siglo X, durante la época de la Reconquista, en la batalla de la Vega del Escobar. La lucha era encarnizada y la situación crítica para el ejército cristiano, comandado por el rey Ramiro II de León. Ya se hacía de noche cuando los ganaderos de la zona decidieron atar antorchas a las vacas y mandarlas hacia abajo, hacia el valle. El ejército mahometano, pensando que se trataba de refuerzos cristianos decide replegarse. Hay una versión que dice que el rey Ramiro, una vez conseguida la victoria, ordenó 'tornar las vacas' a sus zonas de pasto en lo alto del valle. Otra versión cuenta que al amanecer, con las primeras luces del alba, las vacas regresaron solas, por instinto, a sus lugares de pasto y los habitantes de la zona gritaban: ¡ya tornan las vacas!, ¡tornan las vacas!. En cualquier caso, a partir de ese momento el lugar fue conocido por esa expresión, que finalmente se convirtió en el nombre de la villa: Tornavacas.
Tornavacas está encajonada entre sierras (Gredos y la Sierra de Béjar), en la cabecera del Valle del Jerte. Es la puerta natural hacia el Valle del Jerte y Plasencia y obligado paso para la ganadería trashumante de la provincia de Ávila, por eso se ha abierto en esta localidad un Centro de Interpretación sobre la Trashumancia que hace homenaje a esta actividad llevada a cabo durante muchas décadas.
Su larga calle principal se divide en tres tramos: Real de Arriba, Real de Enmedio y Real de Abajo, unidos por dos puentes; el Puente Cimero (medieval) y la Puentecilla, con un templete dieciochesco. En la arquitectura popular predominan las viviendas con entramados de madera y balcones.
La iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción es de estilo Barroco. Alberga retablos de los siglos XVII y XVII. Destaca el mayor, de finales del XVII. Lienzos y tallas barrocas, especialmente la magnífica imagen anónima del Santísimo Cristo del Perdón, de gran devoción en el Valle, entronizada en 1645. Tornavacas conserva un número importante de ermitas, consagradas al Santo Cristo del Humilladero, Santa María Magdalena, los Mártires, Santa Bárbara y San Martín.
Desde lo alto del Puerto de Tornavacas (1275m.) se pueden contemplar unas vistas impresionantes del valle.
No podemos dedicar todo el tiempo que quisiéramos a visitar el pueblo porque nos espera una mañana un poco dura. Cogemos el coche y nos dirigimos a Navaconcejo.
Las calles de Navaconcejo están estructuradas tomando el río Jerte como
referencia. Las tres arterias principales son el Paseo del Río Jerte
(sigue la margen del río), la Calle Cañada Real y la propia N-110 que
atraviesa el pueblo.
Uno de los puntos de interés es la Fábrica de Sayales, una construcción fechada en 1625, con arcadas clásicas en la trasera, y en la fachada principal, exhibe inscripciones en las tozas de los vanos. El edificio se utiliza actualmente como Casa de Cultura.
También destaca Nuestra Señora de la
Asunción, la Iglesia Parroquial de Navaconcejo. Datada en su
parte más antigua, cabecera y sacristía en la segunda mitad del siglo XVI,
como testimonia el escudo del obispo Ponce de León en la sacristía.
Torre de Nuestra Señora de la Asunción, en
Navaconcejo
La torre, alzada con sillares, consta de tres cuerpos separados por abultadas molduras. El retablo mayor presenta las características del barroco de mediados del siglo XVIII.
En la localidad también se conservan dos ermitas barrocas: la del Cristo del Valle, realizada con mampuestos y refuerzos de cantería la Iglesia de San Jorge que alberga un retablo del XVII con tallas.
En los alrededores de Navaconcejo podemos encontrar numerosas gargantas. Una de las más espectaculares es la Garanta de las Nogaledas. Desde el final de la Avenida Virgen del Pilar parte una ruta de senderismo que recorre la garganta y nos ofrece unos paisajes impresionantes, con numerosos saltos de agua y cascadas de gran belleza.
La ruta tiene una dificultad media, con tramos de bastante pendiente y escalones. Está muy bien acondicionada y se puede hacer con niños. Es una ruta para hacer tranquilamente, parando en las numerosas cascadas para recuperar el aliento y disfrutar con las vistas y el sonido del agua.
En la parte alta de la garganta podemos ver una panorámica preciosa del Valle del Jerte.
Paisaje del Valle del Jerte desde la garganta de las Nogaledas
El trayecto de regreso, ya en bajada, se hace a través de los caminos y pistas de cemento que utilizan los agricultores para acceder a sus parcelas de cerezos. Es una bajada más sencilla y además no te encuentras de frente con las personas que van haciendo el trayecto de subida, ya que en muchos tramos es un sendero estrecho, con escalones y se hace más engorroso con personas transitando en los dos sentidos.
Al final se regresa al punto de partida, junto al cauce del río Jerte. En esa zona, en verano, está habilitada la piscina natural que se conoce como El Pilar. Y hay algunos bares y sitios para tomar algún aperitivo o comer.
Nosotros tomamos el coche en dirección a Plasencia para hacer una parada en un lugar muy bonito del río. El acceso es tomando el desvío a la derecha hacia El Torno (uno de los pueblos de la sierra), y justo antes de llegar al puente que cruza el río Jerte, a la izquierda encontramos un restaurante con aparcamiento.
Paisaje del río Jerte cerca de la localidad de El Torno
Desde el propio restaurante se puede bajar a la orilla del río, es una especie de alameda y el curso del río suele ser muy suave en esa zona.
Es un lugar perfecto para relajarnos un rato y despedirnos del Valle del Jerte hasta la próxima ocasión.
Piscinas
naturales en el Valle del Jerte
Entorno
natural de la Garganta de los Infiernos
Los
tesoros del Ambroz y el Jerte (zona del Jerte)
Fiesta
del Cerezo en Flor en el Valle del Jerte
Recorrer
el Valle del Jerte por los pueblos de la sierra
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