La Octava del Corpus

La Octava del Corpus en Peñalsordo es una fiesta llena de simbolismo, con elementos muy definidos en la que los jinetes celebran la recuperación del castillo de Capilla.

La Octava del Corpus Peñalsordo

Cuenta la leyenda que la lucha por tomar el control del castillo de Capilla llevó al general Cachafre y su lugarteniente Palenque a idear una estrategía para arrebatarlo de las manos moriscas. De esta manera, y encomendándose al santísimo Sacramento el Triunfo, ofreció fundar una cofradía si conseguían el castillo.

El General Cachafre reunió a todos los carneros de la zona y ordenó colocar bengalas en sus cornamentas. Ataviadas de esta manera las reses, el general y sus soldados se encaminaron hacia el castillo. A medida que el cortejo se acercaba a la fortaleza la estampa producía pavor y los habitantes del castillo huyeron, entregándolo así a los que sería sus nuevos moradores.

Al entrar en el castillo tan sólo encontraron un abuelo, una abuela y a un niño llamado Rafaelito.

Cachafre cumplió su promesa y fundó la cofradía, que ha perdurado a lo largo del tiempo y son los encargados de mantener la tradición y el recuerdo de este hecho.

La conmemoración comienza el sábado por la tarde, víspera de la Octava del Corpus. En ese momento el capitán ataviado con el traje típico recorre las calles de Peñalsordo llamando al resto de los jinetes. Estos han situado cestas de mimbre ardiendo y se incorporan a la cabalgata portando antorchas.

Continúan recorriendo la localidad hasta que todos los jinetes se han unido y marchan junto con el Bullidor, hermano mayor, para recitar las Mojigangas. Esto sucude de madrugada, y los hermanos recitan versos satíricos sobre acontecimientos acaecidos en Peñalsordo.

El domnigo, día de la octava, los jinetes montan sobre burros y se encaminan a rememorar el asalto al castillo. Destaca de este momento, las coloridas vestimentas donde los jinetes lucen mantones de manila, así como una especie de gorro de mitra que les cubre la cabeza, además van tocando las castañuelas y otros instrumentos para demostrar la alegría de haber tomado el castillo. Todos marchan a Cacho Jesa, un lugar en los alrededores de Peñalsordo, donde celebran las alcancías. Les acompañan además dos personajes que personifican a los abuelos que encontraron en el castillo.

Además esta pintoresca Fiesta de Interés Turístico Regional se completa con Las vaquillas, en la que dos vecinos disfrazados de vaquillas simulan que persiguen a los jinetes. La celebración culmina con una misa en la que los jinetes hacen sonar sus cencerros.

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